Durante la estancia de los árabes en la península Ibérica, éstos tenían grandes plantaciones de aloes veras en Andalucía y en el siglo XVI era una planta tan popular en Italia que, a cada paso, había un aloe vera plantada en algún jardín y en los tiestos.
Es una planta que tiene hojas carnosas, aserradas y gruesas en forma de pencas y que pertenece a una especie de plantas llamada xeroides
Es importante señalar que una planta de aloe, una vez recolectada con sus raíces, puede sobrevivir un año. Sin embargo, sus hojas una vez cortadas, sólo pueden ser guardadas en la nevera por una semana y el jugo exprimido sólo 24 horas.
Propiedades curativas:
Al contener elementos tan importantes como vitaminas A, e, E, B12; minerales (sodio, potasio, magnesio, cobre, cromo...), enzimas presenta propiedades antisépticas, antiinflamatorias, inhibidor del dolor, cicatrizantes y estimulante del crecimiento de los tejidos.
En su uso externo, es muy utilizado para:
• Sanar las quemaduras solares,
• Cicatrizar las heridas,
• Combatir herpes (genitales o labiales)
• Estimular el crecimiento del cabello,
• Combatir los hongos (pie de atleta, cándidas vaginales),
• Prevenir las estrías en el embarazo.
• Curar las dermatitis de los bebés causadas por los pañales.
El consumo interno, es muy usado para: curar
• Ulceras,
• Estreñimiento,
• Disentería,
• Inflamaciones intestinales, etc...
Actualmente se le atribuyen propiedades preventivas y de apoyo en la curación del cáncer y del sida, probablemente por su acción sobre el sistema inmunitario. Si se emplea el aloe en estos casos, se deberá utilizar directamente la planta fresca y no los preparados comerciales.
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